miércoles, 6 de octubre de 2010

LA TORTUGA SIEMPRE SE ESCAPPA

Todo lo exagerado termina siendo nocivo.
Y Cappa ya cansa con esa cantinela de que los rivales juegan al pelotazo, ya cansa con sus arrebatos, ya cansa con esa falta de respeto disfrazada de sutil descripción de las cosas.
Ya cansan los Menotti, los Cappa, los Bonadeo, los pregoneros insaciables de un talibanismo futbolero que está perimido.
Desde la década del 70 vienen hablando de que el fútbol argentino necesita un gran debate. Trabajen muchachos.
La inteligencia no es solamente hablar bonito.
Entender que otra persona piensa distinto y aceptarlo es un inmenso acto de inteligencia.
Evitar mostrarse como un descontrolado que le quiere pegar a los árbitros cuando le va mal en la feria, también es una actitud inteligente.
Alguien dijo que es posible que la historia se escriba según lo que algunos te cuentan con lindas palabras y no con los hechos reales. Y con esta gente se corre ese riesgo.

Por otra parte, quien defienda tan extremadamente una idea, no debe dar pasos en falso. Si todo el tiempo vivís destrozando a Bilardo por presuntas trampas, tenés que cuidarte de no mostrar la hilacha.
En la transmisión de la final de Copa Davis en Mar del Plata entre Argentina y España, el umpire se equivocó feo en un punto contra los españoles. Y el comentario que surgió desde el paladín de la justicia fue “no importa, total es para nosotros”.

Nada más para decir.
Bien por Falcioni, que con jugadores más modestos juega y gana partidos.
Porque hasta que no se cambie el reglamento, en el fútbol gana el que hace más goles.
Lo demás, es humo.

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