Camerún le está ganando a Colombia 1-0 desde el noveno minuto de juego. Ya van 72.
Marc Vivien Foe se dobla hasta sostenerse de sus rodillas, intenta caminar, da unos pasos y se desploma.
Jairo Patiño se acerca al camerunés e intenta reanimarlo. Geremi tira la pelota afuera porque observa que algo está ocurriendo. Entran los médicos, lo atienden y se lo llevan.
El partido se reanuda. Cuando el árbitro pita el final se conoce la verdad: Marc Vivien Foe ha muerto en el campo de juego.
Días más tarde llega el parte oficial: ataque cardíaco producto de una hipertrofia del ventrículo izquierdo.
Marc Vivien Foe nació el 1º de mayo de 1975 en Nkolo, Camerún.
Inició su carrera profesional en el Canon Yaoundé de su país y luego del Mundial ’94 fue comprado por el Lens de Francia.
Una lesión importante lo privó de jugar en el Manchester United cuando ya tenía todo acordado con el poderoso club. También se perdió el Mundial de Francia.
En 1999 se dio el gusto de jugar en la Premier League. Estuvo en el West Ham y al año siguiente volvió a Francia ahora para jugar en el Lyon.
Se ve que la ciudad de Lyon estaba grabada en su destino porque en 2000 sufrió un ataque de malaria, del que se recuperó. Con el Olympique ganó la liga en 2002, la primera de las siete al hilo que consiguió el club.
Foe estuvo en el Mundial de Asia en 2002 con su selección.
Su último equipo fue el Manchester City, que luego de su muerte retiró la camiseta número 23 por pedido de su manager Kevin Keegan.
El 26 de julio de 2003 el mundo se conmovió mirando la muerte televisada de Marc Vivien Foe, que diez días antes había sido padre por tercera vez.
Los que no se conmovieron fueron los mercaderes todopoderosos que tres días después de la tragedia hicieron jugar a Camerún la final del torneo ante Francia.
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