El por qué de esa atracción fatal podría explicarse de mil maneras, pero a mi me gusta creer que el deporte de la pelota y el pie es casi la única actividad humana en la que la mojarrita a veces puede almorzarse un tiburón.
Ese es un sostén delicioso. Alguna vez, Argentinos Juniors puede jugar una final del mundo ante la Juventus ó Estudiantes puede dar una vuelta olímpica en Old Trafford.
Y como la democracia también se impone en el fútbol, estos auges del proletariado se ven más asiduamente en los últimos tiempos: Cienciano le gana una final River, Once Caldas … una Libertadores a Boca.
Trabajando seriamente, con honestidad e inteligencia, cualquiera puede ser Lanús. Y el hecho de que uno pueda, anima al resto.
También es cierto que a este fenómeno aportan notablemente los zafarranchos de los grandes, y sobre todo en este 2009, de los dos más grandes.
Aún sumando todos los puntos que les quedan por jugar, este es el peor año de River y Boca en conjunto. Han totalizado hasta aquí 87 puntos y el peor año había sido 2005 con 117. Sumadas ambas campañas, alcanzan un escalofriante porcentaje de puntos obtenidos: 41%.
Si revisamos la historia, encontramos un oscuro año 1959 en el que sobre un total de 60 partidos, Boca y River ganaron menos de la mitad: 26.
En este 2009 … llevan 22 triunfos en 70 partidos.
¿Cómo se explica todo esto? De varias maneras:
1 – Ley de Murphy para Aguilar: si hacés todo mal, te va a salir todo mal.
2 – Miremos los planteles: Ibarra, Abbondanzieri, Ortega, Almeyda, Riquelme, Gallardo, Palermo … los mismos nombres que integraban estos planteles en 1997.
Evidentemente, alguna transición faltó.
3 – Bianchi es el gran técnico de la historia de Boca, pero le pagan fortunas para que haga otra cosa.
Es como contratar a Quinquela Martín para que maneje una cadena de pinturerías.
Así van las cosas. Los desaciertos se pagan con goles en este mundo del fútbol.
Alguna vez, el poeta Héctor Negro entregó su sentencia: “River y Boca no se mezclan”.
Pero lo ocurrido en este 2009, parece contradecirlo.
Porque River y Boca están en el mismo lodo, todos manoseados.
Columna en Autos Continental (5 diciembre 2009)
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