Es, en verdad, un pensamiento más brillante que sólido. Yo diría que se juega como se puede.
Nuestra vida y nuestros gustos son compartimientos estancos: conozco a varios sinvergüenzas que gustan de los libros de Borges. Que te apasione la ópera no significa que seas un buen padre.
Aquella dualidad Bilardo-Menotti que hizo temblar los cimientos en la década del 80, sigue viva más allá de los propios fracasos de ambos o de las apariciones de nuevos paradigmas como Bianchi o Bielsa.
No parece una comunión fácil la del lirismo y el tacticismo.
Por supuesto que en el periodismo ese muro tampoco cayó. Al contrario.
La aparición de Angel Cappa y su Huracán del torneo pasado, generó una especie de renacimiento de ese lirismo, denominado ahora panfletariamente como ticki-ticki.
Cappa, como Menotti, como Valdano, poseen un don innegable: su verba florida.
Escucharlos hablar es atrapante, aunque uno no esté de acuerdo.
Pero debemos decir rápidamente que tener una verba florida no significa tener la verdad … fijensé en el presidente de River, sin ir más lejos.
Hasta aquí, nada para reprochar: cada uno elige en que cama acostarse.
El escozor comienza cuando se insiste hasta el infinito con esto, cuando te quieren imponer sus ideas a como dé lugar, cuando vuelven a hablar de cosas que ya quedaron perimidas como “el arco de enfrente”, “la nuestra”, etc, etc.
Me hacen acordar a los pastores que van casa por casa para convencerte acerca de la inmortalidad del alma … o del cangrejo.
En los medios aún quedan algunos exaltados defensores de estas ideas, que subidos al Huracán de Cappa, volvieron a alzar unas banderas que ya creíamos superadas. Y todos los días con lo mismo, reinstalando una guerra dialéctica con ese incesante ticki ticki verbal que cansa. Son más Cappistas que Cappa.
Hasta el propio Cappa subió la apuesta la semana pasada sosteniendo en una nota que la selección del 86 no fue gran cosa y que Brasil del 82, y que Holanda del 74 y la mar en coche.
Siempre con lo mismo. Quieren revolver un estofado que ya está frío.
Yo creo que el pensamiento más elevado en cuanto a táctica y estrategia deportiva está en la NBA. Y allí vale lo mismo atacar que defender. No hay equipos inteligentes que solo miren el aro de enfrente. ¿O no saben lo que gritan los hinchas cuando la pelota la tiene el rival?
A mi me gusta eso y respeto al que le guste otra cosa, pero lo que no me gusta es que me vengan a apabullar con filosofía barata para venderme algo que yo no quiero comprar.
Nosotros no tenemos la culpa de que a muchos se les hayan detenido los relojes cinco minutos antes de que empiece la final de México 86.
Columna de Marcelo Mármol De Moura en "Autos Continental" (21 noviembre 2009)
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