Lo que no pude ver es si se persignó antes de dirigirle la palabra.
La relación de Maradona con los periodistas, por lo general está en los extremos:
Los amigos le tiran centros para que cabecee y los enemigos lo destrozan con saña.
A algunos les tiemblan las piernas ante su presencia. A otros no les tiembla el pulso para defenestrarlo.
Diego activó bombas el martes con unas declaraciones muy duras y quiso desactivarlas el jueves pidiéndole a los medios que no lo interpreten.
En el predio de Ezeiza pasan cosas raras: tortugas que se escapan sin que nadie las pueda detener, listas de convocados que tienen un solo marcador de punta por derecha que encima se lesiona, egocentrismos que caminan por la vereda con entidad propia.
En fin.
Hablemos un minuto del partido.
Perú perdió las 8 veces que jugó como visitante en estas eliminatorias, no tiene nada más que perder y viene a ver qué pasa. Pero si se le da la chance de ser el malo de la película, va a aceptar ese papel.
La lógica indica que, al menos, Argentina está 2 goles por encima de este Perú.
Pero el traje del fútbol tiene cien bolsillos y la lógica está apenas en algunos.
Mientras tanto, en algun lugar de la ciudad un hombre juega con su anillo de frases escritas, y piensa que este es un trance delicado en el que se va a saber la verdad: si esta selección es una fábrica de bulones o de diamantes.
Columna de Marcelo Mármol De Moura en "Autos Continental" (10 de octubre de 2009)
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