viernes, 16 de octubre de 2009

ARBITROS, ESTATICA DE LO IMPENSADO

La grotesca sanción del gol de Boca ante Godoy Cruz el domingo pasado es más de lo mismo, pero envuelto en papel celofán.
Alguien observó que la costumbre es una telaraña que nos tejen diariamente en los ojos.
Menos mal que tenemos arbitros y jueces de línea dispuestos a realizar actos insólitos con tal de despertar nuestra atención.

Las reglas de juego del fútbol son casi perfectas. Alguien querrá laterales ejecutados con el pie, alguno reclamará por la incorporación de tecnología, otro por quitar el off side, pero no hay grandes cambios para aplicar sin que se rompa la esencia.
Es que el problema no son las reglas, son los árbitros … que no las aplican, o las aplican según se les ocurre.

Cierto es que han elegido una profesión compleja.
Si a uno le dijeran que tiene que imponer las reglas en un lugar donde 22 tipos te quieren engañar todo el tiempo, donde miles están insultando a tu vieja o a tu hermana un poco más allá, y donde un poco más acá tenés a los dirigentes que te miran de reojo … y para colmo durante la semana televisan hasta el hartazgo todos tus errores…
bueno, si a uno le dijeran todo eso, preferiría el infierno mismo a esta tortura.
Pero, hay gente para todo.

Y una vez que están en el baile, tienen que bailar.
Y acá empiezan los problemas: todos bailan distinto.
El que no tiene miedo a cobrar penales, quiere sacarse el partido de encima lo antes posible.
El que no se hace el simpático con los jugadores, no saca una roja por más que vea una tibia yéndose al lateral.
El que no se deja llevar por las presiones, está enamorado de un “siga siga” absurdo.

Y esos afanes, esas incapacidades, esos temores, los llevan a no cobrar, a no aplicar las reglas.
Patada de atrás que llega a destino es roja. No con estos árbitros. O no siempre, que es aún peor.

El año pasado instauraron algo que me pareció correcto: el jugador que pide amarilla deliberadamente para un rival, debe ser amonestado.
Esta regla tiene que entrar al guiness como la menos aplicada de la historia: la vi en escena una sola vez.
Se perdió en el triángulo de las bermudas.

El arbitraje está en uno de sus momentos más negros.
Y para salir de las crisis hay que empezar por lo elemental.
Desempolvar el reglamento para aplicarlo de una vez.
Con un poco de valentía y sin mirar si la camiseta es azul y amarilla, blanca y roja o fuccia con bastones verdes.

Columna de Marcelo Mármol De Moura en "Autos Continental" (26 septiembre 2009).

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