CANCHA: Dicen algunos que es un lugar donde 22 tipos corren en pantalones cortos detrás de una pelota.
Con esa visión simplista del mundo, podría decirse también que La Divina Comedia es una exacta combinación de papel y tinta.
O que el sol es un círculo amarillo que cuelga del cielo.
CENTRO: Acción de juego que consiste en enviar la pelota generalmente por el aire para que caiga dentro del área contraria y si es posible cerca de la cabeza de algún compañero que la pueda conectar.
Los equipos que tienen un número 9 alto, abusan de los centros en desmedro del toque por abajo. Son los que utilizan el famoso centro a la olla.
No se sabe ciertamente que significa la expresión centro a la olla, pero intuimos que los que mandan el centro a la olla tendrán hambre de gol, pondrán toda la carne en el asador y no querrán enfriar el partido.
Seguramente deben ser especialistas en el centro a la olla, Emiliano Papa, el Hueso Houseman, o José Chatruc, que es chef.
CONTRAGOLPE: Acción de contragolpear.
Se trata de plantar al equipo con muchos jugadores de la mitad del campo hacia atrás y aprovechar los huecos que deja el rival que está lanzado en ataque.
Hubo en la historia de nuestro fútbol muchos equipos especialistas en jugar de contragolpe, como el Boca de Lorenzo y el River del Bambino Veira, para nombrar a dos que fueron campeones del mundo.
Pero existen algunos técnicos más papistas que el Papa, que en sus libritos soslayan esta acción de juego, ya que su convicción es únicamente atacar... y eso es desperdiciar un arma importante que presenta el juego.
Si te empecinás en atacar a toda costa en pos de una convicción de superioridad, es muy posible que algo malo te ocurra.
Por ejemplo, que te vuelvas en la primera ronda de algún mundial que se juegue en Asia.
CRACK: El distinto. El futbolista que puede ganar un partido por su cuenta y cargo. El que juega a otra cosa dentro del mismo juego.
Por lo general, el crack era el número 10 del equipo, reafirmando esa distinción especial de los que lucían esa camiseta.
Pero eso se perdió con la numeración de estos tiempos, donde el 10 puede ser hasta un arquero.
Y además, en el fútbol argentino ha cambiado aún más el panorama. Ya no se marca más al 10, ahora se marca al 5 (a algunos, claro. Otros se marcan solos).
La ecuación antes era Riquelme + 10.
Ahora es Mascherano + 10.
El que no quiera ver la ruina de la estética, que mire otro canal.
Marcelo Mármol De Moura
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