viernes, 5 de diciembre de 2008

LA VIDA DE MARADONA - capítulo 3

Una historia de cielos e infiernos

CAPITULO 3 (1986 – 1990)
Argentina vence a Inglaterra 2-1 y alcanza las semifinales.

Argentina 2 - Inglaterra 1
Argentina: Pumpido; Cucciufo, Brown, Ruggeri y Olarticoechea; Giusti, Batista, H. Enrique y Burruchaga (Tapia); Maradona y Valdano. DT: Carlos Bilardo
Inglaterra: Shilton; G. Stevens, Butcher, Fenwick y Sansom; T. Steven (Barnes), Hodge, Reid (Waddle) y Hoddle; Bearsdley y Lineker. DT: Bobby Robson
Goles: 51’ y 55’ Maradona (A) y 81’ Lineker (I)
Arbitro: Alí Benaceur (Túnez)

Los “son un desastre, se vuelven en la primera ronda” se convierten en “vamos bien, vamos a salir campeones”, con la facilidad con la que alguien descuelga un cuadro de la pared.
El partido con Bélgica muestra otras dos joyas de Maradona (el segundo, otro gol inmortal, arrancando entre varios rivales y definiendo cruzado ante Pfaff), y Argentina llega a la final contra Alemania Federal.

El estadio Azteca late contra Argentina. Los 114.000 espectadores aguardan el inicio, el calor sofoca las almas. La Selección Argentina de Diego Maradona, está a un paso de entrar en la historia. Para impedírselo, la Alemania de Lothar Matthaus (¡que le hace marca personal a Diego!) y todos los mexicanos.
José Luis Brown abre el camino de cabeza, Valdano hace el segundo...y de pronto, Alemania renace y empata.
Faltan cinco minutos, la tensión y la incertidumbre colman los espíritus de los jugadores, salvo los de dos: Maradona le coloca un pase de guante de seda a Burruchaga y el volante de Independiente define el partido.
Argentina Campeón del Mundo. Maradona Campeón del Mundo.
Es el 29 de junio de 1986.

Argentina 3 - Alemania Federal 2
Argentina: Pumpido; Cucciufo, Brown, Ruggeri y Olarticoechea; Giusti, Batista, H. Enrique y Burruchaga (Trobbiani); Maradona y Valdano. DT: Carlos Bilardo
Alemania: Schumacher; Brehme, K. Foerster, Jakobs y Briegel; Eder, Berthold, Matthaus y Magath (Hoeness); Rummenigge y Allofs (Voller). DT: Franz Beckembauer
Goles: 23’ Brown (AR), 56’ Valdano (AR), 73’ Rummenigge (AL), 82’ Voller (AL) y
85’ Burruchaga (AR)
Arbitro: Arpi Filho (Brasil)

Los diarios del mundo, hablan de la proeza del genio de Fiorito y sus gladiadores.

“Argentina campione, Maradona é re del mondo”
(La gazzetta dello sport, Italia)

“Se la llevó Maradona”.
(Marca, España)

“The king of soccer”.
(Sports Illustrated)

Maradona gana el Balón de Oro del Mundial (con 1282 puntos, sobre 344 del alemán Schumacher y 236 del danés Elkjaer Larssen) y la Selección Argentina entra en la gran historia del fútbol. Campeón mundial invicto, de visitante y contra todas las adversidades.

Selección Argentina (México ‘86)
1- Sergio Almirón, 2- Sergio Batista, 3- Ricardo Bochini, 4- Claudio Borghi, 5-José Luis Brown, 6- Daniel Passarella, 7- Jorge Burruchaga, 8- Néstor Clausen, 9- José Luis Cucciufo, 10- Diego Maradona, 11- Jorge Valdano, 12- Héctor Enrique, 13- Oscar Garré, 14- Ricardo Giusti, 15- Luis Islas, 16- Julio Olarticoechea, 17- Pedro Pasculli, 18- Nery Pumpido, 19- Oscar Ruggeri, 20- Carlos Tapia, 21- Marcelo Trobbiani y 22- Héctor Zelada.

Al regreso de los campeones del mundo al país, una gran bandera describe como nadie la situación: “Perdón Bilardo”.


Se eleva el pedestal
Con toda la gloria sobre sus espaldas, Maradona se propone terminar otra obra aún inconclusa: el scudetto con el Nápoli.
En la Liga 86/87 el fútbol italiano reune a una enorme constelación de estrellas.

Estrellas de la Liga Italiana 86/87: Altobelli, Tardelli, Zenga, Rummenigge y Passarella (Inter de Milán) - Cabrini, Platini, M. Laudrup y Scirea (Juventus) - Boniek, B. Conti y Pruzzo (Roma) - F. Baresi, Donadoni, Maldini, Wilkins y Virdis (Milan) - Antognoni, R. Baggio, Gentile y Ramón Díaz (Fiorentina) - Briegel, T. Cerezo, Mancini, Pagliuca y Vialli (Sampdoria) - Edinho, Graziani, Schachner y Bertoni (Udinese) - Junior y Kieft (Torino) - De Agostini, P. Rossi y Elkjaer Larssen (Verona).

Contra todos ellos, gana Maradona. Y podría decirse que casi solo, ya que el Nápoli no cuenta con ninguna figura de relieve en su plantel.
Diego lleva de su mano al equipo celeste a los primeros planos de la consideración mundial.
Allí se ve al gran Maradona, luchando en desventaja constante contra los poderosos equipos del norte, a los que vence y arrodilla.
Jamás le perdonarán esa afrenta.

El 10 de mayo de 1987, el Nápoli empata en el San Paolo 1-1 con el Inter de Milán ante 87 mil espectadores y se consagra por primera vez en su añeja historia, Campeón de la Liga Italiana. Se adjudica finalmente, el inalcanzable scudetto.

Nápoli 1 - Inter 1
Nápoli: Garella; Bruscolotti, Renica, Ferrario y Volpecina (Ferrara); Bagni, De Nápoli, Maradona y Romano; Carnevale (Caffarelli) y Giordano. DT: O. Bianchi
Goles: 28’ Carnevale (N) y 38’ Baggio (I)
Arbitro: Pierluigi Pairetto

Finaliza con 42 puntos, tres más que “la Juve”, cuatro más que el Inter y 6 más que la Verona.
El goleador del equipo es Maradona con 10 conquistas.

Las temporadas 87/88 y 88/89 el equipo de Maradona es subcampeón (del Milan y el Inter), pero gana la Copa de Italia 86/87 y la Copa de la UEFA 88/89 venciendo en la final al Stuttgart de Alemania Federal 2-1 en Nápoles y empatando 3-3 en Alemania.
A los títulos, Maradona le agrega sus hazañas particulares: capo cannoniere del calcio (goleador de la Liga) 87/88 con 15 goles; 50 partidos oficiales jugados en la temporada 88/89.
Tras los dos subcampeonatos, llega una nueva revancha (como por si hiciera falta).


La temporada 89/90 es tan brillante en cuanto a nombres en la Liga como las anteriores y ahora sí el Nápoli está reforzado con algunos valores importantes como los brasileños Careca y Alemao.
Se aproxima una dura lucha contra las potencias de siempre, que quieren eliminar rápidamente al equipo del sur que no había bajado del podio en los últimos tres torneos.
Finalmente, tras una contienda sin treguas, y ya con Maradona imbuído en problemas internos con los dirigentes napolitanos (estuvo a punto de ser transferido al Olimpique de Marsella), el Nápoli vuelve a codearse con la gloria.

El domingo 29 de abril de 1990, el Nápoli vence a la Lazio 1-0 y se consagra otra vez campeón de la Liga. Suma 51 puntos, contra 49 del Milan de los holandeses, y 44 del Inter de los alemanes y la Juventus.
Maradona convierte 16 goles y finaliza tercero en la tabla de artilleros detrás de Marco Van Basten (19) y Roberto Baggio (17).
La hazaña napolitana finaliza con la obtención de la Supercopa Italiana en 1991.
Maradona juega en el Nápoli 259 partidos convirtiendo 115 goles (188 partidos con 88 goles en la Liga).

Su gloria deportiva se combina a la perfección con su, ahora sí, brillantez económica.
Tras el alejamiento de su primer manager, se sube al escenario su nuevo apoderado, Guillermo Coppola, quien se encuentra con un panorama aterrador. Si bien Maradona tiene mucho dinero invertido, posee una gran cantidad de deudas pesadas.
Rápidamente, los números bien manejados y los nuevos contratos millonarios dan paso a la consolidación de la fortuna del futbolista, de la que siempre se alimentaron varias bocas.
Esta exuberancia económica, ayudada por el gran auge que toma su figura en la península, lo conducen al crack a otros senderos que poco tienen de cesped y arcos, y las complicaciones no tardan en llegar.

En la cima, en el llanoLa vida de Maradona en Nápoles es igual de tumultuosa que en Barcelona. Alcanza la cúspide, pero es de carne y hueso. Es el hombre más conocido del mundo, pero tiene flaquezas.
Y tanto poder, tanto querer más, lo llevan a no conformarse con las cosas cotidianas. El, que ha rescatado el bellón de oro de la Cólquide, que ha derrotado al Minotauro, que ha hecho trizas a la Armada Invencible, que le ha robado a los ricos para darle a los pobres...no soporta un día sin hazañas.
Cuando no se encuentra el equilibrio entre el gol a Inglaterra y un día engripado en la cama, la búsqueda apunta a lo ficticio.
Volcándose a las drogas, el muchacho de Fiorito logra finalmente que un día suyo engripado en cama tenga la explosión de alguna de sus hazañas en las canchas.
Uno de los males de Diego fue no tener parámetros, no poder copiar mínimamente ningún método de vida. Es que no hubo otro Maradona antes.
Parece mentira, pero con todos sus millones y sus lujos, no pudo tener un espejo. No se pudo ver reflejado.
Las veces que lo intentó terminó como aquel perro ambicioso que cruzando un riacho con un trozo de carne en sus fauces se ve reflejado en el agua. Al no reconocerse se arroja al riacho para quitarle al otro perro (que era su reflejo) el otro trozo de carne (que era el suyo).
Los espejos de Maradona no existieron, y cuando se liberó algunos minutos para verse reflejado, quiso buscar más y perdió su esencia.

El martes 29 de enero de 1985, el semanario Oggi de Milán publica en su tapa: “El romance del año”. En la foto, Diego Maradona y la vedette Weather Parisi asomados a una ventana del departamento que el jugador ocupa en el barrio napolitano de Posillipo.
Weather Parisi es una simpática rubia, de 23 años, nacida en California, bailarina y la vedette de moda en Italia.
Es el escándalo número uno.
El 20 de septiembre de 1986 las andanzas comienzan a pasar factura. La RAI trasmite una nota desde el Sanatorio Santrix de Nápoles, donde Cristiana Sinagra declara que el bebé recién nacido es hijo de ella y de Maradona.

El 2 de abril de 1987 nace Dalma Nerea, primera hija de su unión con Claudia Villafañe, y el 16 de mayo de 1989, se complementa la familia con la llegada al mundo de Gianinna Dinorah.
Como en el mundo de Maradona algunas cosas funcionan al revés, finalmente se casa con Claudia Villafañe (madre ya de sus dos hijas) el 7 de noviembre de 1989, en una monstruosa fiesta realizada en el Estadio Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires.

Anclado en 1990El año 1990 marca a fuego la vida futbolística del crack argentino.
La Selección que defendía el título mundial había sufrido algunos cambios de futbolistas. Sólo permanecían siete de los campeones de México: Sergio Batista, Jorge Burruchaga, Julio Olarticoechea, Ricardo Giusti, Nery Pumpido, Oscar Ruggeri y Diego Maradona. A ellos se sumaban algunas nuevas figuras como Claudio Caniggia (gran amigo de Diego a partir de su contacto en la selección e hincha de Boca como él), Abel Balbo, Pedro Troglio, José Basualdo, Roberto Sensini, Sergio Goycochea, y dos viejos conocidos de Diego (campeones en Tokio junto a él once años antes): Juan Simón y Gabriel Calderón.

El debut de la Selección Argentina en Italia ‘90 no puede ser peor. En la inauguración del Mundial pierde con Camerún 1-0, con el famosísimo gol de François Oman Biyick tras un error claro del arquero Pumpido.
En la mañana del 9 de junio, los periódicos argentinos destacan en títulos tremendistas el desastre de la Selección. Todo el prestigio que el equipo de Bilardo tiene adquirido, parece derrumbarse sólo por un resultado.
El 13 de junio, Argentina vence a la URSS 2-0 (goles de Troglio y Burruchaga) y cinco días más tarde empata 1-1 con Rumania (gol de Pedro Monzón). Así clasifica de la mano de la angustia a la segunda ronda. Por la mala posición que ocupa en su grupo, debe enfrentar al primero del Grupo C, nada más ni nada menos que...Bra-sil.

Si el Mundial de México fue la consagración de Maradona como futbolista excelso, el de Italia es la confirmación de su coraje y su valentía.
Juega todo el torneo con el tobillo izquierdo hecho una sandía. No puede ni caminar afuera de la cancha, pero adentro demuestra una vez más ser el más grande de todos.

“Yo en el ‘90 estaba físicamente mejor que en el ‘86, pero cuando empecé a jugar se me encarnó la uña del dedo gordo izquierdo y ya en el partido contra Rumania no podía jugar. Para colmo, después de Rumania el tobillo se me puso como una pelota de fútbol”.

En el partido con Brasil, la Selección de Bilardo la pasa muy mal. Sin embargo, en el segundo tiempo se abre el cielo, baja Diego y con una jugada magistral lo deja sólo a Caniggia para que selle la suerte del compromiso. Es victoria albiceleste. Tal vez, la más festejada de toda la historia.
Es el 24 de junio de 1990 en la ciudad de Turín, y las 71.381 personas presentes en el estadio se quedan estupefactas.

Argentina 1 - Brasil 0
Argentina: Goycochea; Simón; Ruggeri y Monzón; Basualdo, Giusti, Troglio (Calderón), Olarticoechea y Burruchaga; Caniggia y Maradona. DT: Carlos Bilardo
Brasil: Taffarel; Mauro Galvao (Silas); Jorginho, Ricardo Gomes, Ricardo Rocha y Branco; Dunga, Alemao (Renato) y Valdo; Muller y Careca. DT: Sebastiao Lazaroni
Gol: 80’ Caniggia (A)
Expulsado: 85’ Ricardo Gomes (B)
Arbitro: Joel Quiniou (Francia)


Marcelo Mármol De Moura

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