Alguna vez pensé que si un poste se instalara en La Quiaca, otro poste en Ushuaia y un largo travesaño recorriera hipoteticamente el país, el único arquero que podría volar de palo a palo sería Fillol.
En esta charla mostramos al Fillol deportista, pero también al Fillol hombre.
- ¿Cómo fue su infancia en San Miguel del Monte, el pago chico?- Yo viví mi infancia allí, pero aún hoy lo hago. Yo estoy más tiempo en San Miguel del Monte que en la Capital Federal. Me veo con mis amigos de la infancia, recorro las calles de mi infancia. Muchos me preguntan si estoy de vacaciones y yo les digo que no, que yo nunca me fui de acá.
- ¿Cómo era el Fillol niño?

- Normal, un niño normal. La escuela, el potrero. A partir de los 10 años empecé a trabajar para ayudar en mi casa. Yo soy el más pequeño de cuatro hermanos, y como no sobraban recursos económicos , aunque nunca nos faltó nada, lo tuve que hacer. Una infancia linda, porque a través de los años me di cuenta que todo eso me hizo valorar más las cosas que con el tiempo fui logrando con el fútbol.
- ¿Cuándo se dio cuenta de que iba a ser arquero?- A los 14 años. Yo jugaba en el club San Miguel, de Monte, y lo hacía de volante central o de arquero. En la cuarta de arquero y en la tercera de número 5.
Cuando viajé a Quilmes a probarme en el año ’64, llegó la hora de definirme. Me preguntaron el puesto, dije de arquero o de número 5. Y me dijerom que tenía que elegir uno, y elegí el de arquero. A partir de allí, hice la prueba como arquero y nunca más me moví de allí.
- ¿Cuál fue el momento cumbre de su carrera?
- Hay un momento que es por lejos el mejor. La cima máxima fue cuando fuimos campeones del mundo en el ’78, era la primera selección en la historia que conseguía un título a nivel mundial. Es historia pura y estoy dentro de esos héroes que lo lograron.
- Muchos opinan que usted ha sido el mejor arquero argentino de la historia. ¿Cómo era en el arco, cuáles eran sus puntos fuertes?- Eso corre por cuenta de quien lo dice. De todas maneras, hace 17 años que dejé de jugar y mucha gente me lo dice en la calle.
Yo era un arquero que tenía unas piernas maravillosas, era muy ágil, tenía buenos reflejos y yo digo que era un mono, porque un día me di cuenta de que tengo los brazos más largos que lo normal.
Y aparte, el carácter. No lo decía, pero me creía el mejor, el imbatible. Me sentía muy seguro. Todo eso corría por dentro de mi.
- ¿Qué cosas emocionan y qué cosas enojan al Fillol hombre?- Me emociona, por ejemplo, que después de tanto tiempo de haber dejado el fútbol uno se da cuenta que tiene un reconocimiento por lo que hizo con tanta dedicación y con tanto amor.
Y me molesta mucho, me duele, me lastima, la mentira.

- ¿Quiénes son los amores de su vida?- El papá, la mamá, la familia, los hijos, la esposa, los seres queridos más cercanos. Esos son los símbolos del amor. Es un círculo muy pequeño pero es un amor eterno.
- ¿Hay algún arquero actual que tenga su estilo?- Sí, hay, pero no voy a dar nombres, porque ya lo hice una vez y me pasaron factura. Yo digo que la función primaria del arquero está por encima del estilo, porque la función primaria es que evite el gol. Acá se ha confundido mucho a la gente del fútbol con el tema de los estilos. La eficiencia siempre supera al estilo.
-¿Por qué hace tiempo que la selección argentina no termina de enamorar a los hinchas? ¿Faltan líderes, por dónde pasa el tema?- Linda pregunta, me gusta responderla. Yo he vivido la diferencia. Creo que a Mario Kempes, para dar un ejemplo, no se lo reconoce futbolísticamente como debiera por todo lo que le dio al fútbol nacional. ¿Por qué? Porque él no vivía acá cuando fue campeón en el ’78 y se fue a España a los dos días. El resto estábamos acá todos los domingos, jugando en nuestro país, nos disfrutaba la gente.
El hecho de que ahora no baje desde la tribuna el romance de antes, es también que la selección está formada con jugadores que están en Europa. No existe el romance por una cuestión natural. Nosotros jugábamos acá, practicábamos acá, vivíamos acá con la problemática de nuestro país.
- ¿Con qué personaje de la historia le hubiese gustado tomar un café?
- Con la Madre Teresa de Calcuta. Por todo lo que leí, por todo lo que escuché, por todo lo que dio, por todo lo que se la respeta, por todo lo que se la admira. Me hubiese gustado sentarme con ella a tomar un café y charlar profundamente de por qué era así ella y aprender un montón de cosas que ella le dio al mundo.
Ubaldo Matildo Fillol, el que cuando atajaba parecía que tenía detrás un arco más chico que el de los demás.
Marcelo Mármol De Moura
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