Cuando elegimos, somos subjetivos y arbitrarios, si se quiere.
Porque, claro, todas las elecciones tienen algo de injusto.
Corriendo ese riesgo el mundo se pasa las horas.
El último gran acto al respecto, ha sido la elección de las nuevas 7 maravillas naturales del mundo, Cataratas incluidas.
Amparados en esa arbitrariedad bien recibida por muchos, es que intentamos este juego de elegir a las 7 maravillas del deporte argentino.
No son individualidades ni equipos, tampoco logros específicos. Son momentos.
Segundos de piel erizada, de alumbramiento, de eso que los norteamericanos llaman “the zone”, el instante certero donde el músculo, la mente y cada elemento del universo confluyen en una acción.
Vamos a presentarlas, como algunos elencos teatrales … por orden de aparición.
Aquí están las 7 maravillas del deporte argentino.
EL DÍA DEL QUÍNTUPLE
4 de agosto de 1957.
En el mítico circuito de Nurburgring, Juan Manuel Fangio no puede creer lo que pasa. Está parado en los boxes, viendo como el tiempo le vuela de las manos y su auto no puede regresar a pista. Cuando finalmente puede hacerlo está a 50 segundos de las Ferrari punteras. Con su pesada Maserati roja número 1 sale a buscar la hazaña. Faltan 10 vueltas.
La lógica indica que no le alcanzará, pero el piloto de Balcarce, con 46 años y cuatro títulos del mundo en sus espaldas, comienza a manejar superando los extremos.
Acorta distancias poco a poco y en la última vuelta supera a Mike Hawthorn y gana la competencia y su quinto título.
Esta carrera es considerada "la batalla automovilística de todos los tiempos".
Declarararía Fangio tiempo después: "Cuando me bajé de aquella máquina supe que nunca más en mi vida, pero nunca más, iba a volver a manejar como ese día".
LA GRAN WILLY
En las canchas de Obras Sanitarias allá por 1974 hizo la jugada por primera vez. Y un año después en Indianápolis ante el español Manuel Orantes la convirtió en oficial.
El gran Guillermo Vilas observó en un aviso televisivo como el polista Juan Carlos Harriot pasaba el taco entremedio de las patas de su caballo y golpeaba la pelota en retroceso y allí se le ocurrió esta genialidad conocida mundialmente como “la gran Willy”, un golpe en principio defensivo que se hizo espectacular a fuerza de sorpresa y esteticismo.
Muchos tenistas han hecho honor a la gran Willy, por ejemplo Roger Federer en el Abierto de Estados Unidos de 2009 ante Djokovic. Dijo el suizo luego que había sido el mejor tiro de su vida.
También se recuerdan las que practicaba Gabriela Sabatini.
Y todo gracias a Guillermo.
SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS
22 de mayo de 1976.
Las 42.195 personas presentes en el Rand Stadium de Johannesburgo, Sudáfrica, no pueden entender lo que ven.
Un boxeador argentino llamado Víctor Emilio Galíndez sigue en combate a pesar de un terrible corte en su rostro y de la sangre que lo baña y le impide la visión. Se limpia constantemente en la camisa blanca del árbitro Stanley Cristodoulou. Desde su rincón gritan que el médico lo autoriza a seguir. Es una locura, pero el bravo Galíndez está enceguecido.
Richie Kates es local y está a una mano del nocaut definitivo. Pero el toro herido sigue ahí delante suyo, enhiesto.
Está el título mundial en juego. En Argentina la pelea se sigue por Canal 13 y por Radio Splendid. Ya son tres las toallas ensangrentadas que descansan en el rincón del argentino.
Faltan segundos. Y la mano esperada llega hasta el fondo del flanco derecho del sudafricano, que cae para toda la cuenta.
Cuando el árbitro llega al 10 definitivo … el reloj del estadio tiene dibujado un cero y un uno.
Quedaba un segundo para el final.
UN BARRILETE SUELTO EN EL AZTECA
22 de junio de 1986.
115.000 espectadores observan como en el césped del estadio Azteca las selecciones de Argentina e Inglaterra juegan el partido número 48 del Mundial de México.
Hace 4 minutos que Argentina gana 1-0 por un gol que su capitán Maradona ha convertido saltando con el arquero inglés Shilton e impulsando la pelota hacia el arco con su puño.
El juez tunecino Ali Benaceur empieza a sospechar que algo se perdió porque los ingleses siguen de protesta. El calor sofoca. Se están jugando un lugar en las semifinales.
Van 10 minutos del segundo tiempo. Ahí tiene la pelota el mediocampista argentino Héctor Enrique…
DE LA CABEZA DE DIEGO A LOS PIES DE CANI
Domingo 24 de junio de 1990.
Se cumplen 55 años de la muerte de Gardel. En el estadio Comunal de Turín, el descomunal Brasil rompe el arco de Sergio Goycochea a pelotazos. Argentina la pasa mal, como pocas veces.
Es el Mundial de Italia, el de la canción inolvidable. La selección aún campeona del mundo de Bilardo entró a los tumbos a los octavos de final y tiene a Brasil enfrente. Con Careca, Alemao, Branco, Muller…
En el segundo tiempo amaina el vendaval. En una transmisión de radio de Argentina, el comentarista le dice al país: “Caniggia va a tener una, ¿fallará o acertará?”.
Diego arranca como contra los ingleses, se tira a los pies, mete el estiletazo. La flecha rubia anfrenta a Taffarel, lo esquiva y convierte el gol más gritado de la historia argentina.
LA RESISTENCIA HEROICA
20 de octubre de 1999.
En el estadio Félix Bollaert de Lens se está jugando un partido por el Mundial de Rugby. Los Pumas le están ganando a Irlanda, ya se termina la historia, pero el árbitro hace jugar 9 minutos más.
Empieza una odisea. Los argentinos apretados contra el ingol propio. Irlanda (favorito 10 a 1 en las apuestas) ataca ferozmente y busca el try. Los Pumas se juramentan que no pasarán y luego de ese siglo que duró 9 minutos el resultado final dice Argentina 28-Irlanda 24.
Por primera vez Los Pumas jugarán los cuartos de final de un Mundial, después de una defensa heroica que duró 540 segundos y perdurará para siempre.
LA MANU DE DIOS
15 de agosto de 2004.
Juegos Olímpicos de Atenas. La selección Argentina de básquet enfrenta al campeón del mundo Serbia y Montenegro.
Tomasevic acaba de convertir dos libres. Serbia gana 82-81 y quedan 3 segundos.
Casi sin tiempo, Alejandro Montecchia toma el balón y corre por el lateral izquierdo, dándole un pase cruzado de sobrepique a Ginóbili, quien, con la marca encima, hace una pirueta maravillosa y logra tirar al aro. La pelota pega en el tablero y cuando la chicharra estremece al estadio, ingresa heroica.
Final Argentina 83-Serbia 82. Será el primer paso para el oro olímpico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario