sábado, 5 de febrero de 2011

CARLOS SEPPAQUERCIA Uno, dos, tres, cuatro, cinco … ¡Gooolllll!

El 18 de marzo de 1979, Carlos Dantón Seppaquercia tuvo una inspiración y la llevó a cabo.
Estaba por comenzar el partido entre su Gimnasia y Huracán en el Bosque platense. Lo miró a su compañero García Ameijenda y le dijo: “tocála que le pego”.
El árbitro dio la orden de inicio, García Ameijenda la tocó y Carlos Seppaquercia sacó un zapatazo que se metió por encima del impávido arquero Borzi, que sin saberlo, también estaba entrando en la historia.
Desde el ruido del pitazo del juez al estallido de la palabra ¡Gol! pasaron 5 segundos.
Fue el gol más rápido del Profesionalismo argentino.
El partido finalizó 1-1.
El gol del empate para el Globo lo convirtió alguien que también quedaría en la historia del fútbol nacional: Carlos Babington (uno de los pocos casos de un jugador que luego fue entrenador y posteriormente presidente del mismo club).

La carrera de Seppaquercia, el delantero fornido de apellido inolvidable, se había iniciado en Flandria (Primera B) donde marcó 38 goles en 86 partidos.
Luego pasó por River Plate (17 partidos y 5 goles) dirigido por Angel Labruna y compartiendo equipo con figuras como Fillol, Perfumo, Juan José López, Passarella, Alonso, Merlo y Ramón Díaz.
Su otro equipo en la A fue Gimnasia y Esgrima La Plata (16 partidos y 3 goles).
Terminó jugando en la B para Italiano, el club en el que más años duró (210 partidos y 72 goles).

Pero el día que le otorgó notoriedad fue aquel en que se le ocurrió probar su suerte siguiendo una inspiración y metió un pleno inmortal.

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