domingo, 28 de noviembre de 2010

PERIODISTAS DE TABLÓN

Muchos periodistas deportivos siguen siendo hinchas fanáticos de algún club y no tienen pudor en admitirlo.

Las nuevas tendencias no traen consigo siempre buenas noticias. En el periodismo deportivo argentino ha crecido una moda que era impensable hace algunos años: los periodistas hinchas.

Siempre fue un tabú saber de que club eran hinchas los periodistas. Ahora la incógnita se esfumó descaradamente.
Nadie tiene empacho en manifestarlo o hacerlo saber de alguna manera, especialmente por medio de ese código de chistes internos que se manejan en algunas transmisiones, chistes que nadie entiende pero se siguen haciendo con el mismo desparpajo con el que se puede grabar un video casero.
Así, sin indirectas, todos sabemos de que club son casi todos los comunicadores deportivos.
¿No se pierde algo con esta nueva moda?
Si, se pierde. Claro que sí. Se pierde credibilidad.

Hartos estamos de ver a periodistas decir, por ejemplo, “fuimos mejores” en vez de decir “River fue mejor”. Se incluyen, son partes del club, como los hinchas.
Una situación patética se produjo hace algunos años con un periodista identificado notoriamente con River Plate, que en un programa casi llora luego de una derrota contra el rival de siempre por la Libertadores. Ah, y tenía la camiseta puesta debajo (y, por supuesto, la mostró).
Y la gente, de todas formas, igual les cree. Habría que alertarlos de alguna manera.

Esta moda fue fomentada desde el único diario deportivo del país, donde cada club tiene un columnista que como un hincha más (y de los peores, en algunos casos) despotrican sobre el eterno rival con apologías de pésimo gusto.

Dice Víctor Hugo Morales que no puede entender como un periodista puede mantener el hinchismo por un club luego de hacerse profesional.
Creo particularmente, que el sentimiento por una divisa no se extingue, pero se atenúa.

El periodista Jorge Brisaboa, en su libro “De Rosario y de Central” dice: “Mientras el hincha común, en la tribuna o la platea, piensa en su equipo; el periodista, que ha abandonado por el momento al hincha que lleva adentro, se prioriza a sí mismo: piensa en lo que va a escribir, con qué título seducirá al lector, o la forma en que se lucirá con sus oyentes o televidentes. El hincha está pendiente del triunfo de su equipo; el periodista, de su nota”.

Más claro, imposible.
Pero eso, no les sucede a todos.

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