El inconstante dirigente Daniel Passarella se cansó rápido de Don Angel Cappa y lo echó abruptamente.
A él, a su fútbol de paladar negro, a su mirada depositada en el arco de enfrente, a su verba florida, a sus descontroles temperamentales y a una idea que está despedazada hace años.
Otro golpe al verso.
Por lo general, los seres humanos detestamos de los otros lo que ampliamente toleramos de nosotros. Y esa tendencia se exacerba si el ser humano es argentino.
Por eso muchos no le perdonan a Cappa que posea ese don natural de muchos seres nacidos por estos lados: con la palabra te venden un Mercedes Benz y en los hechos solo tienen un Siam Di Tella.
Verso hecho y derecho.
Pero en el fútbol, los velos se corren tarde o temprano.
La idea de Cappa (el Menottismo, digamos) es un bluf, una teoría a medio andar, que solo mira una parte del juego. Y se va en palabras bonitas.
Es amor sin sexo.
Un atisbo de belleza que no suma demasiados puntos en las tablas.
Y que termina siendo una nada redonda.
Solamente descontroles, frustraciones y caras largas.
Y la voz de Passarella diciendo: “hasta acá llegó el amor”.
Excelente análisis Marcelo!
ResponderEliminarMe voy a permitir robarte algunos conceptos para alguna charla futbolera.
Ayer escribí algo que podría complementar lo tuyo, haciendo una analogía de Cappa con Caruso Lombardi.
Si a algún lector le interesa...
http://tigre-y-yo.blogspot.com/2010/11/caruso-lombardi-cappa-y-la-venta-de.html
abrazo!
Excelente marcelo. Agregar alguna palabra estaría de más...
ResponderEliminarMartin
No estoy de acuerdo con la nota pero admiro su sinceridad y excelente forma.
ResponderEliminarCon las estadísticas sos excelente, pero es un buen camino el ir mechando notas de opinión cada tanto, animan al debate, sobre todo cuando están escritas, como esta, con buena leche.
Saludos.