jueves, 23 de septiembre de 2010

ROBERTO MOURAS, el príncipe murió en la ruta


La historia de Roberto José Mouras es la de uno de los grandes pilotos de la historia del Turismo Carretera, que a pesar de su brillante paso por la categoría no pudo cristalizar el sueño que lo movilizó hasta el último minuto de su vida.

Mouras nació el 16 de febrero de 1948 en Moctezuma, Provincia de Buenos Aires, aunque siempre se lo conoció como el piloto de Carlos Casares.
Debutó en el TC en 1970 con un Torino, corriendo la vuelta de Olavarría y rápidamente mostró notables condiciones que lo convertirían en ídolo de la categoría y en especial de la hinchada de Chevrolet.

Alcanzó notoriedad en el año ‘76 cuando con su Chevrolet número 7 ganó seis carreras consecutivas, récord aún no superado.
Ese famoso "7 de oros" no pudo ser campeón, ya que los Ford de Gradassi y Traverso se lo impidieron. 
Empezó entonces el sueño jamás cumplido: ser campeón con Chevrolet.
De todas maneras, ya corriendo con Dodge, alcanzó el tricampeonato entre 1983 y 1985.
Era tal la superioridad que mostraba, que las carreras eran aburridas: siempre ganaba Mouras.

Luego del último título retornó a Chevrolet y pudo lucir el número 1 en la puerta, producto del campeonato ganado con la otra marca.
Durante los siguientes años se esforzó por cumplir el sueño pendiente y esos esfuerzos lo llevaron a un final trágico.
El 22 de noviembre de 1992, en Lobos, iba punteando la competencia perseguido desde cerca por el Dodge del Chueco Romero. Era notorio que su Chevrolet hacía grandes esfuerzos por mantenerse en pista, hasta que finalmente perdió el control y se estrelló contra un talud.

Habían pasado 259 carreras y 50 triunfos.
Ahí escuchamos la voz de Eduardo González Rouco:
"Cómo decir lo que nunca hubiésemos querido decir. Cómo decir que Roberto Mouras ha muerto".

Esa carrera se dio por terminada en ese instante y el ganador fue Roberto Mouras, que seguramente ya lo observaba desde otro lugar.



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