Cualquier resultado se puede dar: desde un 6-0 para Argentina hasta una victoria de Venezuela.
Mi amigo Edgardo Broner, periodista argentino que hizo gran parte de su carrera en Venezuela, escribió hace unos años un libro emocionante desde el título mismo: “Gol de Venezuela, un grito esporádico, pero inolvidable”.
Eran otros tiempos.
El desarrollo que ha experimentado el fútbol de la cenicienta de Sudamérica en los ultimos años sorprendió a muchos, tanto a nivel de clubes como en el rendimiento de su seleccionado.
Sin ir más lejos, en la eliminatoria pasada goleó 3-0 a Uruguay en el Centenario, en lo que fue considerada como una herejía futbolística.
Si a este crecimiento indiscutible se le suma algún tipo de subestimación de parte de Argentina, la cosa puede terminar mal.
No hay nada mejor para los que son inferiores que recibir el cachetazo de la subestimación de parte de sus rivales.
¿Y Argentina?
La selección está inmersa en el “efecto Maradona”, un efecto maravilloso que contagia a todos. A pesar de ello, hay algunas dudas puntuales más allá de las novelas de Ruggeri, Grondona, Riquelme, etc.
Y las dudas pasan por lo estrictamente futbolístico: el arquero Carrizo hace 10 fechas que es suplente en su club, Angeleri es marcador lateral en Estudiantes y aquí podría jugar de líbero, Heinze juega de 3 en el Real Madrid y acá va a jugar de 6, Demichelis es central pero en su club juega en el medio, y tantas irregularidades más.
Sin dudas, el impulso Maradona se va a llevar a muchas cosas por delante.
Ojalá que todo salga bien y no se escuche el grito tan temido: “Riqueeelmeee, Riqueeeeeelmeeee”.
Marcelo Mármol De Moura
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