lunes, 22 de septiembre de 2008

JUAN EL TIEMPISTA

Juan Ernesto Simón fue uno de los grandes defensores que mostró nuestro fútbol. Campeón mundial juvenil en Tokio, subcampeón mundial en 1990, campeón con Boca, actuación en Europa. Halagos de una carrera que finalizó hace ya 13 años.
Tuvimos un mano a mano con él, para hablar de fútbol y otros temas.


- ¿Qué recuerdos tiene de aquel partido ante Brasil en el 90, el del famoso gol de Caniggia?- Tengo el mismo recuerdo que la gente que presenció ese partido, ya sea en vivo o por televisión. Treinta primeros minutos muy difíciles en los cuales Brasil nos superó ampliamente y ellos no pudieron concretar ese dominio. Después, de a poquito, nosotros empezamos a sacar la cabeza del agua y equilibramos el desarrollo del juego. En el segundo tiempo, gracias a una inspiración de Diego muy bien definida por Caniggia logramos un triunfo histórico porque fue el único equipo argentino que venció a Brasil en un Mundial.

- ¿Y del Mundial ’79 donde fueron campeones juveniles?
- Yo creo que lo más fuerte fue la imagen que ese equipo dejó en la gente, porque a ese equipo lo vio todo el mundo y todos se levantaban aquí a las 4 de la mañana para verlo jugar. Me quedó la alegría de haber conformado un grupo que quedó en la memoria y que respetó lo que llamamos el fútbol que siente la gente de este país. Y además, formar parte de ese equipo que tenía a un jugador que ya empezaba a vislumbrarse que iba a ser el mejor de todos los tiempos.

- Usted fue campeón con ese equipo del 79 con Menotti como técnico y subcampeón del mundo en 1990 con Bilardo como entrenador. No cometeré la torpeza de preguntarle por las diferencias entre los dos, pero sí quiero saber ¿qué diferencias había entre un Maradona y otro?- Yo te respondería diciendo que cuando jugás un partido de truco y tenés en todas las manos el as de espadas tenés una ventaja. Y yo creo que nosotros teníamos el as de espadas. Creo que Maradona en todos los equipos que jugó se destacó por la influencia que tenía dentro y fuera de la cancha.

- ¿Cómo vivió su retiro del fútbol?- Es una situación muy difícil. Cuando yo me retiré, en junio de 1994, en Boca teníamos psicólogo. Hacía dos años que venía trabajando el tema.
El jugador de fútbol es una persona a la que durante toda su carrera le manejan los horarios. Tiene una vida digitada, porque a tal hora se entrena, a tal hora se concentra, a tal hora come. Y de un día para el otro te encontras con todas las horas por delante sin saber como utilizarlas. Y yo creo que ahí viene cuando la cabeza hace un click y no todos están preparados para soportarlo a ese click.
Yo le aconsejaría a los muchachos que están dando sus últimos pasos que comiencen a trabajar sobre todo en cómo se van a ubicar en la vida el día después del último partido.
De un día para el otro uno pasa a ser uno más, se pierden las prioridades de las que goza un futbolista.

- ¿Usted tomó conciencia de que muchos chicos en los campitos, en los potreros, jugaban con la camiseta número 2 y se hacían llamar Simón?- No, nunca. Nunca me di cuenta del lugar que ocupaba. Siempre consideré, más allá de los comentarios, que yo fui un jugador común y corriente.
Y lo digo sinceramente. Al menos en mi cabeza nunca pasó eso de creerme un jugador distinto o tomado como emblema o ídolo. Nunca pensé que tenía un nivel superior para que me tomaran de esa manera.

- ¿Qué cosas enojan a Juan Simón?- La impuntualidad. Soy una persona sumamente puntual. Cuando pasaron cinco minutos y mis amigos no vienen a algún encuentro me llaman y me cargan: “ya estás histérica, me dicen”. Saben cómo reacciono.
Me molesta el no tener respeto por el prójimo. Un ejemplo sencillo: yo voy a un gimnasio donde se estipula el uso de la cinta de 30 minutos, si pasaron 31 minutos ya estoy protestando. No soporto eso de que no se den cuenta de que están violando reglas.

- ¿Y qué cosas lo seducen, lo enamoran, lo ponen contento?- La sonrisa de mis hijos, el trato con mis hijos, estar bien con mi mujer.
Yo tengo un hijo de 21 y uno de 15 con los que somos muy compinches, pero tengo una nena de tres años. La sonrisa de ella me desmaya.

- Usted jugó en el fútbol argentino 377 partidos y sólo marcó un gol. ¿Lo recuerda?
- Como para no recordarlo, si fue el único. Se lo hice a River, el arquero era Puentedura, un partido que empatamos 2-2 en el Monumental. Yo jugaba para Newell’s.

- La última. ¿Cómo le gustaría que lo recuerden?
- Como un buen tipo. Una persona muy transparente, muy fiel a sus afectos.


Marcelo Mármol De Moura
(Fragmento de la entrevista realizada por el autor y Viviana Vila en "La Barra de Víctor Hugo" por Radio Continental)

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