lunes, 23 de febrero de 2015

Los 34 años de Víctor Hugo en Argentina

Era un 22 de febrero, pero hace tiempo ya: años, décadas.

El deporte nacional estaba en ebullición. El club más popular y el mejor jugador de todos iban a unir sus destinos esa misma tarde.

Envueltos en un coliseo lleno de bombones, los futbolistas de Boca Juniors y Talleres de Córdoba pisaron el césped. El 10 de rulos corría con cientos de fotógrafos como stoppers.
Cuando la foto un millón se hizo realidad, pudo iniciarse la contienda.


Al fin, la pelota pudo ser tocada por la zurda más prodigiosa.

Mientras tanto, en lo alto de aquel coliseo un muchacho oriental se debatía ante sus propios nervios. Era, para él también, una primera vez.

Pasa el primer minuto de juego, y el segundo, y el octavo, y llega el decimonoveno. Allí, la estrella luminosa del césped marca un gol ... y la estrella luminosa que está en la cabina mirando y contando todo, muestra el primer as que tiene en la manga.

Después sabremos que este prestidigitador de la palabra tiene miles de ases en sus mangas.

Tranquilamente el mundo pudo haberse detenido en aquel minuto 19, pero recién estaba comenzando a andar.
A partir de ese día, las hazañas del que en la cancha tenía el 10 en la camiseta fueron más hermosas, más artísticas, más poéticas.

Para alguien que hace maravillas de lo suyo, no hay nada mejor que encontrarse con alguien que maravillosamente las cuente.
Y viceversa.

A partir de ese instante, ya nada pudo ser igual. La revolución estaba instalada para siempre.

Han pasado 34 años y la leyenda continúa alta en el cielo, más allá de que transite los mismos pasillos que el resto de los mortales, con el mismo paso de cualquier hijo de vecino.

O no lo sabe, o lo sabe y no le importa, pero desde aquel 22 de febrero de 1981 todos los que amamos la radio fuimos mejores, cambiamos, empezamos a exigir excelencia.
Nos dimos cuenta de que había un mundo mejor.

Porque desde que el primer "tá-tá-tá" inundó nuestros oídos, ya nada pudo ser igual.

Desde el primer instante y hasta el último minuto de los tiempos.




1 comentario:

  1. Muy bueno Marcelo.
    Victor Hugo y sus relatos van más allá del fútbol. No es sólo explicarle y hacerle entender al oyente por dónde está circulando la pelota. Victor Hugo formó un equipo de trabajo donde se nota todos los fines de semana el amor por hacer radio y llevarle una sonrisa a aquellos que están haciendo un asado o amasando la pasta como dice la canción.

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