MURIÓ GARDEL

Compró a Bernabé Ferreya y Peucelle ... y fue "el Millonario" cuando el Profesionalismo gateaba.
Con Muñoz por un lado, Loustau por el otro, Pedernera de cerebro, Moreno de genio y Labruna de goleador ... fue "La Máquina" en los gloriosos 40.

Un día llegó un tal Walter Gómez y la gente hacía dieta obligada para ir a verlo.
Y Amadeo, y Pipo Rossi.
Y apareció un genio llamado Enrique Omar Sívori, que hoy es tribuna.

Ganaba casi todos los campeonatos, hasta que un día no ganó más. Y pasaron 18 largos años sin caricias.
Hasta que todo volvió a ser como era con el Beto Alonso, Daniel Passarella, Jota Jota López, el Pato Fillol ... y Angel Labruna al costado del verde cesped.

Y los años trajeron una Libertadores con Funes, una Intercontinental con Alzamendi. Y figuras estelares: Francescoli, Caniggia.

Y el ADN seguía intacto: Aimar, Ortega, Saviola, Crespo, D'Alessandro.
Y los títulos se sumaban como siempre, con Gallego, con Ramón.
Y llegó la abundancia, otra Libertadores, y Salas y Gallardo y Almeyda.

Todo marchaba tan bien que nadie advirtió que detrás de los nuevos discursos, detrás de la verba florida de sus nuevos popes, llegaban las nubes oscuras.

Y un día, River terminó último. Y otro día, no pasó la mitad de la tabla. Y al siguiente, se empezó a escuchar la palabra "Promedio" ... y luego se hizo carne la palabra "Promoción".

El "no pasa nada" terminó siendo esta angustia feroz, inesperada.
Una angustia que empieza con B.