martes, 21 de diciembre de 2010

LA LENGUA FURIOSA DE MARADONA

El hombre de los dos relojes habló con Clarín
Nuevamente Maradona desenvainó su lengua y salió a cortar cabezas.
Pero hablando de temas que ya están archivados y no le importan a nadie.
Como decía un amigo relator de fútbol, llega tarde a un lugar donde nunca pasó nada.

Ya dijo lo que tenía que decir de Bilardo, de Grondona, de Messi, de Basile. Volver a remover la herida no tiene el menor sentido, es una cuestión de buen gusto.
Pero a los que estuvieron parados en el Himalaya del mundo es difícil hacerles comprender que están volcando la leche fuera del tarro.
También la ligó en esta última ráfaga el pobre Falcioni, cuyo desmérito radica en el exclusivo hecho de haber sido arquero.
Bielsa jugó tres partidos oficiales como futbolista y nadie puede negar sus dotes como entrenador.

Ni siquiera el lapidario 4-0 de Alemania en el Mundial, ni la paliza táctica del Brasil de Dunga en Rosario sirvieron para que un cacho de humildad se apoye en las esquinas en las que pisa Diego.
Lo mejor sería un digno silencio.
Y bajarse del caballo hasta que amanezca.
Para que su fisique do roll no se acerque demasiado al de los participantes de Bailando por un Sueño.

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