jueves, 9 de diciembre de 2010

EL DIABLO Y LA PARRA

"El Diablo y la Parra" podría ser un buen título para una fábula infantil, pero es una explicación de lo que significó el título número 16 de Independiente en su vida internacional.

El Rojo de Mohamed, que había perdido en el Serra Dourada 2-0, empezó ganando en la Caldera de Avellaneda con un gol de Julián Velázquez, un defensor que tiene cara de cualquier cosa menos de futbolista, pero juega bárbaro.

Pero al rato sufrió el primer desengaño.
El tal Rafael Moura, un crack, hizo un golazo de cabeza para el Goiás y empató el pleito.

Y entonces, apareció Parra. Primero con un gol de "pavota" como en el metegol y luego con una definición de papi fútbol desde el piso.
El primer tiempo terminó 3-1 y todo el resto también.
Fueron a los penales.

Para mi, patear penales y jugar al fútbol son dos deportes distintos. Pero los convencionalismos indican que los títulos de un deporte se definen mediante destrezas de otro deporte.
Y allí, Independiente hizo todo bien.
Y se quedó con una nueva copa.
La 16.
Y se clasificó a la próxima Libertadores.
Y dejó afuera a Racing.
"No está mal para estos tiempos" es la moraleja final de esta fábula.

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