Ocho años antes de que eso ocurriera, un 24 de agosto, nació en las cercanías de la famosa playa Waikiki un hombre que haría historia en el agua.
En agosto de 1911 participó en una confrontación amateur de natación y llamó la atención del mundo al rozar el récord mundial de las 100 yardas estilo libre.
De inmediato participó de una eliminatoria para ingresar al equipo norteamericano de natación que competiría en los Juegos Olímpicos y se clasificó sin dificultades.
En Estocolmo 1912, Duke Paoa Kahinu Mokoe Hulikohola Kahanamoku se convirtió en campeón olímpico de los 100 metros libres y ganó la medalla plateada en los relevos.
En los Juegos de Amberes 1920 vivió una situación muy especial: festejó su cumpleaños número 30 ganando la medalla dorada en los 100 metros bajando en un segundo su propio récord mundial.
En los Juegos de París 1924 cedió su reinado a otro extraordinario nadador: Jonnhy “Tarzán” Weissmuller.
Duke ganó la medalla de plata en aquellos 100 metros e integró un podio muy especial, ya que el tercero de la prueba fue su hermano Samuel.
Kahanamoku también participó en el equipo olímpico de waterpolo.
Con su fama a cuestas emprendió una serie de viajes por el mundo realizando exhibiciones de natación y fue durante esas giras que comenzó a promocionar su deporte favorito que aún no había superado los límites de Hawaii: el surf.Con el tiempo fue considerado el padre de esta disciplina.
El hawaiano fue también extra en películas de Holywood y se convirtió en héroe en junio de 1925 cuando con su tabla de surf le salvó la vida a 8 hombres rescatándolos del naufragio de un barco pesquero.
A partir de ese episodio, los socorristas utilizan tablas de surf para los salvatajes.
Murió de un ataque al corazón el 22 de enero de 1968 y sus cenizas fueron lanzadas a las aguas en la playa de Waikiki.
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