Antes de jugar el repechaje contra Australia para la selección de Basile, Diego arregla su incorporación a Newell´s en 4 millones de dólares.
El inicio es explosivo. Debuta en un amistoso contra el Emelec de Ecuador, el jueves 7 de octubre de 1993 en el estadio del Parque Independencia. Newell´s vence 1-0 con un golazo del genio.
Oficialmente vuelve al fútbol argentino después de doce años el 10 de octubre, cuando Newell´s enfrenta a Independiente en Avellaneda.
Independiente 3 - Newell´s 1
Independiente: Islas; Craviotto (Arzeno), Rotchen, Moas y J.C. Ramírez; Cagna, Hugo Pérez, Cascini y Garnero; Parodi y Alfaro Moreno. DT: Pedro Marchetta
Newell´s: Scoponi; F. Basualdo, Galucci y Llop; M. Escudero (Ruffini), Castagno Suárez (Morales Santos), Alfredo Berti, Aquino y Maradona; Carlos Torres y Alfredo Mendoza. DT: Jorge Solari
Goles: 47’, 73’ y 75’ Alfaro Moreno (I) - 78’ Morales Santos (N)
Expulsado: 15’ Aquino (N)
Arbitro: Francisco Lamolina
Sin embargo, el final de tanto amor recíproco no es feliz. El equipo no funciona y Diego vive lesionado tras quedar muy debilitado después del regimen especial que lo hace adelgazar 12 kilos antes de incorporarse al equipo rosarino.
Sólo juega 5 partidos oficiales, sin marcar goles, y deja Rosario porque no está en condiciones de actuar con sus interminables inconvenientes musculares. El último capítulo se escribe el 2 de diciembre, cuando en Parque Patricios (Huracán 1 - Newell´s 1), Diego se retira lesionado y es reemplazado en el minuto 35 por Diego Garay.
Después, juega unos pocos minutos en un amistoso contra el Vasco da Gama de Brasil, y se despide de “La Chicago Argentina”.
Una gran pregunta golpea las puertas de todos: ¿Y el Mundial?
Amanece 1994 y Maradona es otra vez noticia. Esta vez, los suplementos deportivos dejan paso a la sección policiales, porque el 2 de febrero ocurre algo impensado (¡¡¡ cuándo no !!!).
Diego, harto del acoso que los periodistas realizan en la entrada de su quinta de Moreno, dispara treinta balinazos de aire comprimido, hiere a dos periodistas y a partir de ese momento se desata otra vez el circo mediático anti Maradona. Por este hecho, Diego sería procesado.
Se aproxima el Mundial y Maradona parece más cerca de los disturbios que de la pelota. No tiene club y muy pocos piensan que llegue a jugar su cuarta Copa del Mundo.
De la mano de su entrenador personal, Daniel Cerrini, Diego empieza entonces, a desandar el largo camino de la recuperación.
Se recluye en una estancia de La Pampa y allí intenta ponerse a punto físicamente. Los entrenamientos son terribles para él, los dolores lo martirizan. Ya tiene 33 años y su cuerpo presenta secuelas de enormes e intensas batallas.
Igualmente, con su incomparable fuerza de voluntad, hace trizas las presunciones y alcanza una condición física notable. Está afiladísimo para afrontar su último desafío.
El cielo y los buitresArgentina no llega como candidata al Mundial, porque muchas son las dudas que la rodean: ¿Cómo estará Maradona?, ¿Caniggia será el mismo?, ¿Aún perdura el temblor del 0-5 con Colombia?
Tras una gira demasiado caótica, Argentina arriba a Estados Unidos y se instala en el Babson College de Boston. Debe enfrentar en primera ronda a Grecia, Nigeria y Bulgaria.
Como de costumbre, Maradona es el centro de la escena, el eje de los comentarios, el dueño de la presión, el imán de los micrófonos.
Ha trabajado duramente para estar en forma y se lo ve como en sus mejores momentos, listo para desempolvar sus hazañas. Está a punto de jugar su cuarta Copa del Mundo.
El martes 21 de Junio de 1994, en el estadio Foxboro de Boston, ante 53.486 espectadores, debuta la Selección Argentina en el Mundial ante Grecia.
El equipo de Basile comienza ganando rápidamente con un gol de Batistuta en el minuto 2 y el trámite es muy favorable para los vestidos de azul pleno.
Al término de la primera etapa, con otro gol del centrodelantero de la Fiorentina de Italia, Argentina vence ya 2-0.
Pero el reloj se clava en el minuto 15 del segundo tiempo, tal vez para toda la vida. El grito de gol enloquecido de Diego contra una cámara lateral es el primer plano de los televisores de miles de millones de personas. Así, tanto en Singapur como en Hawai, en Moscú como en Nueva Dehli, en Zaire como en Groenlandia, en la Quinta Avenida como en las calles de tierra de Santiago del Estero...todos saben muy bien de quien es ese rostro frenético.
Argentina gana fácilmente 4-0 y muchos ojos malignos comienzan a posarse en el equipo de Maradona.
La Gazzetta dello Sport de Milán, el periódico deportivo más prestigioso del mundo (un millón de lectores diarios) y acérrimo enemigo de Diego, publica tras el partido con Grecia una nota titulada “La resurrección de Maradona”, que dice:
“El pie más famoso de los cien años de la historia del fútbol entra, con solemne realeza, también en la historia de este estupendo mundial. Ah, cuantas ilusiones nos has dado, viejo Diego, con ese deslizar feroz y romántico, con ese balón dócilmente esclavo de tu instinto, con esa recuperación milagrosa de tu imagen, que parecía que iba a quedar definitivamente en las filmotecas”.
Llega el sábado 25 de junio y el mismo Foxboro es el escenario del segundo encuentro de la Selección Argentina. Esta vez el rival es el poderoso equipo nigeriano, que en el debut ha vencido a Bulgaria 3-0. Asisten 54.453 espectadores al que será el último partido mundialista de Diego Maradona.
Argentina gana 2-1, con dos goles de Claudio Caniggia y una soberana actuación de Diego.
En el campo perdura el festejo, al mismo tiempo que se inicia el calvario.
Maradona es sorteado (entre los 22 jugadores del plantel salen las bolillas 2 y 10) para el control antidóping.
Cuatro días después...el infierno tan temido hace eclosión y envuelve con sus llamas a todo un país.
El Comité Organizador emite el siguiente comunicado:
“Los dos análisis de muestras de orina han dado positivo. El jugador Diego Armando Maradona, del seleccionado argentino, ha violado por lo tanto las disposiciones del reglamento de control de dóping en el partido Argentina - Nigeria.
La Asociación del Fútbol Argentino informó al comité organizador de la FIFA que Diego Armando Maradona ha sido separado de la copa del mundo”.
El mundo habla nuevamente de él.
“Maradóping vuelve al infierno”.
(Diario Noticias, de Paraguay)
“Diego sucio y tramposo. Se va para bien”.
(The Sun, de Inglaterra)
“No seamos tan ingenuos de perdonar la vida a quien no sabemos si tenemos que perdonarle la vida”. (Samuel Chiche Gelblung, periodista argentino)
El partido con Bulgaria está por comenzar. Por la pantalla de Canal 13 de Buenos Aires, Diego habla y llora...
“No quiero dramatizar, pero creéme que me cortaron las piernas. Me cortaron las piernas a mí, le cortaron las piernas a mi familia, a los que estaban al lado mío.
Ahora nos sacaron del mundial, nos sacaron de la ilusión y por sobre todas las cosas creo que a mí me sacaron del fútbol definitivamente, porque no creo que quiera otra revancha. Tengo los brazos caídos, tengo toda el alma destrozada”.
Las voces del mundo se adueñan de Diego, las lágrimas de todo un país provocan un duelo nacional. Argentina recibe la peor noticia en años.
Argentina, desconocida sin su símbolo y capitán (y sin Caniggia, lesionado a los pocos minutos de iniciado el partido) pierde 2-0 con Bulgaria y se clasifica tercera en su grupo.
Es lo de menos. La congoja invade a las almas nobles.
La Selección de Basile tampoco puede con Rumania en los octavos de final y en un partido increíble (con Maradona en la platea) pierde 3-2 y queda eliminada prematuramente del torneo.
Más allá de que Diego no juega ese partido, para muchos es el gran culpable de la eliminación.
“Ruggeri, más allá de diferencias en cuanto a su convocatoria, se despidió de la celeste y blanca con la mirada bien alta: dejó todo en la cancha; transmitió amor por la camiseta. Lo que no podrá decir nunca Maradona cuando piense en USA 94. A él lo asaltarán por siempre los cargos de su conciencia. El dóping comprobado por FIFA explica sin eufemismos como alentó y buscó una trampa, sin medir los riesgos que corría la selección y las ilusiones de millones de argentinos en todo el país. Quien decía querer a la camiseta como nadie, la utilizó en este mundial para alimentar su egoísmo, su soberbia. Su abrazo al dóping señala el acto individualista con toda claridad. Diego Armando Maradona se ha ido del fútbol activo de la selección con una mancha que ensombrece su pasado, que ya nunca será ilustre”.
Natalio Gorín, El Gráfico 3902 (19 julio 1994)
Poco (nada, en verdad) importa que Brasil gane su tetracampeonato por penales en la peor final de todos los tiempos.
Poco importa la consagración de Romario, las atajadas de Taffarel o los penales malogrados por Baggio y Baresi en el match decisivo.
La historia oficial se quedará por siempre con el dóping de Maradona, pero...¿esa es la verdadera historia?
Mentiras verdaderas
En 1994, el Dr. Roberto Peidró es uno de los médicos del plantel argentino que juega el Mundial de Estados Unidos, y es el encargado de asistir en Dallas a la contraprueba del control antidóping realizado a Diego Maradona, que da positivo de efedrina días antes.
Oh sorpresa, cuando Peidró llega para verificar el frasco de la contraprueba éste ya está abierto y con el presinto de seguridad violado. El médico sale de la sala y comunica la irregularidad tanto a los responsables del Comité Organizador como a la prensa, pero, curiosamente, nadie le da importancia, y esas palabras son ignoradas y se dan por no pronunciadas.
Efectivamente, todos los engranajes del gobierno americano están muy bien aceitados. Maradona ya está afuera.
El 24 de agosto de 1994, la FIFA suspende al futbolista argentino por 15 meses para la práctica activa del fútbol. Asunto finiquitado.
Ahora sí, llegó el final.
Caminos anexosEl 3 de octubre de 1994, a poco más de 4 meses de jugar su último partido como futbolista activo, Diego arremete en otra de sus increíbles experiencias. El fútbol lo llama a gritos y Maradona se acerca otra vez. Ahora, como director técnico.
Asume junto a Carlos Fren la conducción del Deportivo Mandiyú de Corrientes.
Allí van a posarse todas las miradas, todos los flashes, todos los micrófonos. Diego ha vuelto, pero de traje, al fútbol argentino.
Debuta como entrenador el domingo 9 de octubre en el estadio de Huracán de Corrientes, donde Mandiyú pierde 2-1 con Rosario Central.
Su primera experiencia como entrenador no es muy auspiciosa, además porque el equipo no cuenta con jugadores para afrontar compromisos importantes y superarlos. Diego, que está intacto físicamente, se sale de la vaina por ponerse los botines y jugar, máxime cuando aprecia que algunos de sus futbolistas no pueden acertar un pase de cuatro metros.
El 6 de diciembre, Maradona presenta su renuncia a la conducción técnica del equipo correntino, en disidencia con el presidente Cruz, un político devenido a dirigente de Mandiyú que luego terminaría fundiendo al club.
Los números de Diego en su debut como entrenador señalan que sobre 12 partidos, su equipo ganó sólo 1, empató 6 y perdió 5.
El año 1995 empieza con todo para el renovado Maradona.
La revista francesa France Football le entrega el Balón de Oro como reconocimiento a su trayectoria futbolística.
Para todos es un ex jugador y empiezan a llegar los homenajes “por todo lo que ha hecho”. Ya lo dan por terminado.
El día de Reyes viene con un regalo grande para el “ex futbolista”. Asume (junto a Fren, claro) la dirección técnica del Racing Club de Avellaneda, equipo grande del fútbol criollo que posee una hinchada maravillosa, pero que lleva 29 años sin ganar un título argentino.
Oficialmente como DT de Racing, hace su presentación el domingo 26 de febrero de 1995, cuando en el estadio de Ferrocarril Oeste, el equipo de Maradona cae con el local 1-0.
El 6 de mayo, Juan De Stefano pierde las elecciones para la presidencia de Racing, y con él se va Maradona cumpliendo la promesa que había formulado al asumir.
Dirigió al equipo de Avellaneda en 11 encuentros oficiales, con 2 victorias, 6 empates y 3 derrotas.
Diego también había dicho que si De Stefano ganaba las elecciones, tal vez él jugara en Racing al término de la suspensión.
¿Cómo? ¿Jugar otra vez?
Un mes y tres días después de alejarse de Racing, y luego de utilizar al Santos de Brasil (con Pelé de por medio) como presión para los dirigentes de Boca Juniors, Maradona oficializa su vuelta al club de la Ribera como fut-bo-lis-ta.
El 26 de septiembre finaliza la suspensión. El país boquense es una locura.
Mientras se prepara para su nuevo regreso (uno más, y van...), Diego habla:
“A mí me dan bronca muchas cosas. Que Passarella se haya entregado a los directivos, que Platini lo mismo y no haga otra cosa que relacionarme a mí con la droga. Tampoco entiendo a Pelé o a Cruyff, que se olvidaron rápido de que ellos fueron futbolistas, que se hicieron grandes del otro lado...¡Eso es lo que me da bronca!, pero esa bronca me moviliza, me lleva para adelante”.
“Me equivoqué muchas veces y le hice mucho daño a gente que me ama, que me sigue amando. Por sobre todas las cosas quiero nombrar a una sola, que es la “Tota”. Porque yo digo que muchas veces que me equivoqué yo y pagó ella, como también pagó la Claudia”.
“Sanguchito es Berny (por Neustadt), porque siempre está al lado de la torta”.
“Esto del pelo corto es una gilada espectacular. Me parece que a Passarella se le escapó una tortuga renga y fisurada”.
Por la Boca se prepara el súper equipo. Junto a Maradona jugarán Claudio Caniggia (nada menos), Alberto Márcico, Sergio Martínez, Cristian González, Carlos Navarro Montoya, Néstor Fabbri, Darío Scotto, Fernando Gamboa...y el técnico será nuevamente, como en el ‘81, Silvio Marzolini.
De regreso, DiegoRegresa al fútbol (y a Boca, después de 15 años) en un amistoso jugado en Seúl contra la Selección de Corea del Sur (gana Boca 2-1) con una rareza en el pelo: un mechón amarillo en repudio, sobre todo a las medidas del DT de la Selección Argentina, Daniel Passarella, quien prohíbe en su equipo los aritos y el pelo largo.
El debut más esperado se produce el 7 de octubre de 1995 en una Bombonera colmada y emocionada. Boca Juniors vence a Colón de Santa Fe 1-0. Es la novena fecha del torneo Apertura 95/96.
Boca Juniors 1 - Colón de Santa Fe 0
Boca: Navarro Montoya; Soñora, Gamboa, Fabbri y Mac Allister; Saldaña (Pico), F. Carrizo, C. González y Maradona; Caniggia y S. Martínez (Scotto). DT: Silvio Marzolini
Colón: L. Díaz; Hugo Ibarra, Ameli, Sciacqua y Unali; Saralegui (Montelongo), Kusemka, Toresani y Claudio García (Uliambre); Vidal González y Muller (Risso). DT: Enzo Trossero
Gol: 90’ Scotto (B)
Expulsado: 39’ Toresani (C)
Arbitro: Francisco Lamolina
El 15 de octubre vuelve a convertir un gol en el fútbol argentino después de muchísimos años. Con un tiro libre espléndido de Diego, Boca vence a Argentinos Juniors.
El 6 de noviembre, luego de que Boca le gana a Vélez y queda como único puntero del campeonato, Diego viaja a Inglaterra invitado por la Universidad de Oxford, donde se le entrega un título honorífico por considerárselo como “maestro inspirador de los que todavía sueñan”.
El equipo de Marzolini empata con Rosario Central 0-0 en la Bombonera (sin Diego) y también iguala 0-0 con River Plate en el Monumental, donde se produce el récord de recaudación del fútbol argentino de todos los tiempos: $ 1.907.650. Por primera vez juegan en Argentina Maradona vs Francescoli.
Boca lleva ahora 2 puntos de ventaja sobre Vélez y 5 sobre Racing.
El domingo 3 de diciembre de 1995 se disputa un partido histórico, que finalmente acabará con el sueño del Boca Campeón.
Racing, en la Bombonera, vence a Boca por 6-4 y Vélez, que derrota a San Lorenzo de visitante, alcanza el liderazgo del torneo cuando sólo restan 2 fechas para el final.
Boca Juniors, que había recibido sólo 6 goles en contra en las primeras 16 fechas, recibe igual cantidad en un sólo partido.
Boca Juniors 4 - Racing Club 6
Boca: Navarro Montoya; Soñora (Pico), Medero (Márcico), Fabbri y Mac Allister; Saldaña (Tchami), Giunta, Cristian González y Maradona; S. Martínez y Scotto. DT: Silvio Marzolini
Rácing: I. González; Reinoso (Viqueira), C. Galván, G. Costas y Zanetti; Facciutto, Quiróz (Chacoma), Rubén Capria y Pompei; Delgado (De Vicente) y Claudio López.
DT: Miguel Brindisi
Goles: 5’, 47’ y 61’ Rubén Capria (R), 12’ Delgado (R), 14’ y 87’ Claudio López (R),
30’ Mac Allister (B), 43’ Maradona (B) de penal, 78’ S. Martínez (B) y 89’ Scotto (B).
Expulsados: Zanetti (R) y Giunta (B) Arbitro: Javier Castrilli
Allí, la suerte queda echada. No habrá sueños cumplidos este año.
Luego, el desmotivado equipo de Marzolini pierde con Estudiantes en La Plata (Diego no juega) y queda eliminado de la lucha por el título.
El último encuentro del campeonato, Boca lo juega contra Deportivo Español (empate a 2 en la cancha de Boca, con un gol de Diego de penal) y Maradona anuncia que ese es su último partido.
Marcelo Mármol De Moura
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